(...)
Con sus cálidas manos unidas
continuaron caminando hacia un lugar desconocido para ella.
Estaban muy cerca
de la cascada, la sentía fluir a su lado.Si extendía la mano podría tocar sus
dulces y frescas aguas.
Poco a poco el sonido de la cascada se alejó de
ella y escuchó el sonido hueco de sus propios pasos.Habían entrado en algún
lugar cerrado, donde la temperatura era más cálida y sus pisadas creaban ecos
hipnóticos.
–Ya puedes abrirlos. –Ammie
abrió los ojos lentamente y miró embelesaba a su alrededor.
Olan decía la verdad era un
lugar creado por los dioses.
Jamás había visto nada más hermoso, ni tan majestuoso como
el lugar que contemplaba en ese preciso instante.
Estaban en una gran cueva de
piedra blanca, los techos eran tan altos que apena podía ver el final y en lo
más alto de ella había una enorme bóveda natural que dejaba pasar la espesa y
resplandeciente luz del sol.
Bajo sus pies había tierra en vez de piedra y
césped en vez de nieve. Todos los ruidos dentro de ese lugar creaban un eco
mágico y envolvente.
La hermosa estancia estaba rodeada del vibrante verde de
la espesa vegetación. Los arboles y las plantas florecían en aquel recóndito
lugar engendrando un maravilloso y frondoso bosque.
Como si de un mundo aparte
se tratara, como si no hubiesen estaciones y el invierno no existiera a su
alrededor...
( Fragmento capítulo 10)